Aunque la tierra parece mojada lo está tan solo en la superficie, porque nuestro ansía cateta de empezar nos había llevado a creer que si regábamos mucho con la manguera, la tierra se ablandaría.
Plantearse preparar la tierra para hacer un huerto, que finalmente esté vivo, es plantearse un viaje iniciático, asusta porque cansa y hace ampollas ràpidamente.
Cómo véis nuestro primer día de trabajo nos dió el saldo de un buen barrizal y una malla insoportable. Antes de que acabara la tarde habríamos descubierto que nuestras bestias saltaban esta mallita como si no hubiera un mañana....

Llegó La Santa Semana.... ¡¡¡venían las lluvías¡¡¡
Nos pusimos rápidamente manos a la obra; lo primero cercar la tierra que Prieto, el más negro de todos, empezaba a cogerle el gusto a saltar la tela verde...
Y llovió el lunes, el martes, el miércoles, vino la gripe, el jueves, el viernes, mocos, toses, debilidad, lagrimeo,fuerza no, ¿qué me pasa?... y sólo me decía una y otra vez, ¿qué duro si tuviera que salir a trabajar la tierra de sol a sol con esta debilidad urbana, llena de mocos modernos y piel irritada no de sol, sino de virus.. estoy segura que esta tierra conecta con el universo paralelo en el que mi otra yo es una serrana, de amplía falda y mofletes rosados ( que así me imagino yo recogiendo los tomates¡¡¡)
Y entre una cosa y otra de todas estas... Nevó¡¡¡ 25 de Marzo de nuestra era, año 12 ...
Huerto de Nieves, huerto de BIENES¡¡¡¡¡¡¡¡






 
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